lunes, 7 de febrero de 2011

El eterno rebelde: James Dean hubiera cumplido 80 años


NUEVA YORK.— Las leyendas deben morir jóvenes. Marilyn Monroe tendría hoy 84 años, quizás iría por su noveno matrimonio y sufriría de sobrepeso o sería alcohólica. John Lennon podría estar haciendo un intento de volver a ocupar los titulares y participar en un reality en la jungla, y James Dean ya sería una estrella olvidada y tendría un papel de invitado para actuar de abuelo en Desperate Housewives (Esposas desesperadas).

Pero en lugar de dejar que el tiempo pase, estas estrellas siempre serán una leyenda. Y James Dean, que este martes 8 de febrero habría cumplido 80 años, será el eterno rebelde.

Ya lo decía él, una y otra vez, “Sueña como si fueras a vivir para siempre y vive como si fueras a morir hoy”.

East of eden, Rebel without a cause y Giant llegaron a la pantalla grande en un lapso de tan sólo un año y medio. Si bien fueron las películas que cimentaron la fama de Dean, el joven ya había trabajado muchas veces ante las cámaras, por ejemplo al actuar en películas de guerra y en comedias.

Sin embargo, hasta ese momento sus papeles habían sido tan menores que a veces su nombre ni siquiera aparecía en los créditos del final de las películas. En televisión ya había aparecido unas 30 veces, una vez incluso junto a uno de los presidentes de Estados Unidos, Ronald Reagan.

En ese film, el joven James Byron Dean del estado de Indiana, cuya imagen luego sería sinónimo de la rebeldía, actúa de pequeño bandido, y Reagan, que en ese tiempo todavía no era presidente, hace de un médico que logra doblegar al joven armado. En la cinta, Dean pierde, pero tiene una presencia mucho mejor que su vencedor y esa será su carta de presentación durante el resto de sus días.

Las dotes de Dean quedaron de manifiesto desde muy temprano. Apenas y caminaba y ya tomaba clases en una escuela de actuación, estudió violín y a los cinco años participó en un espectáculo bailando tap.

Un ícono de la moda

El motor creativo era su madre, que murió en 1940 de cáncer cuando aún no había cumplido los 30 años. James tenía nueve años y nunca superaría la pérdida de su progenitora.

Después de participar en una obra de la universidad lo invitaron a actuar, por primera vez, para una publicidad de Pepsi. Qué decía: “nada”.

Su vida siempre fue una montaña rusa. A los éxitos les siguieron las derrotas; a los excesos, las depresiones; a las grandes alegrías, las golpizas; pero en Broadway fue una estrella pese o precisamente debido a su forma de ser poco ortodoxa, improvisada.

Las mujeres de la época suspiraban por él, mientras que los hombres copiaban su peculiar estilo, que lo convirtió en un ícono de la moda.

Dean murió en un accidente automovilístico en 1955. Dos películas fueron estrenadas después de su muerte, al igual que una publicidad. (AP)

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