martes, 3 de marzo de 2009

Escapó del infierno de la drogadicción

Feliz en su faceta como padre, Mauricio participó de inmediato en tres películas: Siete mujeres, un homosexual y Carlos; Ver, oír y callar y Tres, junto a Sebastián Rulli. Al acabar esta, en 2005, se trasladó a Argentina para grabar la exitosa Amarte así, Frijolito. Un año más tarde retornó a su país contratado para Marina. Pero las ilusiones puestas en esta producción se frustraron a causa de su adicción a las drogas. “Vi la muerte tan de cerca que decidí pedir ayuda y apostar por la vida”. Recuperado, aseguró que no recaería en ese infierno: “Tengo las herramientas para enfrentarme a esas situaciones: amor, paciencia, humildad y meditación”. En 2007, con mayor energía que nunca, protagonizó el filme Corazón marchito. Además, se estrenó como productor en América-Puma y, por si fuera poco, Telemundo lo reclamó en Miami para incorporarse al rodaje de Dame chocolate. Pese a que su personaje debutaba en el capítulo 80, fue bien recibido por el equipo: “A la semana me sentía totalmente integrado”. Imparable, en octubre de ese año se desplazó hasta Bogotá para protagonizar Victoria. En el transcurso de las grabaciones, su vida personal experimentó un drástico cambio: se divorció y encontró un nuevo amor. Cuando la actriz colombiana Adriana Campos se sumó al elenco, bien avanzada la novela, la química fue instantánea. “Es un hombre en todo el sentido de la palabra y súper profesional “, ha dicho ella. Hoy en día, la vida le sonríe, está ilusionado y baraja grandes proyectos: “Me restan dos años de contrato con Telemundo y he montado una productora de cine y teatro. También sueño con crear un centro de rehabilitación para drogadictos”. Otra de sus prioridades es pasar el mayor tiempo posible con Lorenza. Después de 15 años como profesional, Ochmann opina que ahora empieza realmente su carrera,“tras muchos años ‘picando piedra’ y aprendiendo”.

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